18.6.09

El LTCI en La Jornada

Ana Mónica Rodríguez

Por decisión propia, Isaac es su nombre. Desde muy pequeño fue violado y durante varios años fue monaguillo en la iglesia donde fue ultrajado. Pederestia, drogas y abusos crueles estuvieron presentes hasta el fin de su vida.
Éste es el hilo conductor de la obra Se acabó el tiempo del amor, de Emilio Carballido (1925-2008), que este viernes será estrenada en el inusitado escenario de la capilla del ex convento de Culhuacán, que además ofrece otros elementos adicionales: la mirada ocasional de las personas que acuden al panteón contiguo a visitar las tumbas de sus seres queridos y la participación de 12 actores del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI) en la ciudad de México.

16.6.09

Se acabó el tiempo del amor (ensayos)

El LTCI inicia su temporada en el Ex convento de Culhuacán con la puesta en escena de "Se acabó el tiempo del amor" de Emilio Carballido. Dirige María Alicia Martínez Medrano. Estrenamos el 19 de junio. Viernes, sábados y domingos, 19 horas. Ex convento de Culhuacán. Morelos 10, Culhuacán Iztapalapa. ¡Precios populares!

15.6.09

Boletín de prensa


El Laboratorio de Teatro Campesino en Indígena (LTCI) inicia su temporada en el Ex convento de Culhuacán con tres puestas en escena de reconocidos autores mexicanos, todas bajo la dirección de la dramaturga mexicana María Alicia Martínez Medrano. 
La temporada arranca el 19 de junio, todos los viernes, sábados y domingos a las 19:00 horas. Precios populares.
Se acabó el tiempo del amor de Emilio Carballido (1925-2008), obra escrita en 1973, cuyo tema sigue teniendo mucha vigencia: las drogas y la intolerancia religiosa. Isaac, el personaje principal, ha perdido la razón por el consumo de drogas. En palabras de María Alicia Martínez Medrano, “Isaac es el símbolo del horror y es un personaje riquísimo para exhibir a la iglesia”. Estrena viernes 19 de junio. 
Antes cruzaban ríos de Emilio Carballido, obra escrita en 1967 que retrata la incomprensión existente para con la gente mayor. Delía Rendón dice que la obra muestra “el cómo la gente los va relegando y no hacen caso a su experiencia, a pesar de que tienen tanto que aportar. Es un monólogo que habla de cómo se ha transformado su espacio de las personas de la tercera edad”. Estrena viernes 17 de julio. 
La televisión enterrada de Tomás Espinosa (1947-1992), obra escrita en 1980, muestra la manera en que los medios se han posicionado por encima de los poderes del estado, y cómo la televisión ha cobrado un peso fundamental en la existencia de nuestra sociedad, al grado de separarla. Estrena viernes 21 de agosto. 
En los montajes participan diez actores quienes forman parte del LTCI en la ciudad de México. 
  • Jorge Alejandro Suárez Rangel
  • Cayetano Martínez
  • Carmen García López
  • Silvia Estela Duartes Rosas
  • David Alpizar Mora
  • José de la Cruz León
  • Patricia Cruz Aramburo
  • Pamela Vázquez Luna
  • Cármen Reyes Zamora
  • Adriana Cruz Aramburo
El Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena en 1983 inició actividades en Tabasco, apoyado por el entonces gobernador del estado, Enrique Gonzáles Pedrero y su esposa, Julieta Campos. Durante cinco años, la maestra María Alicia Martínez Medrano y un grupo de maestros coautores y fundadores del Laboratorio trabajaron con niños, jóvenes, adultos, viejos, hombres y mujeres de siete comunidades indígenas: Oxolotán, Mazateupa, Tucta, Simón Sarlat, Los Pájaros, Redención del Campesino y Villa Quetzalcóatl. 
Objeto de premiaciones desde 1968, tanto en México como el extranjero, y participante en festivales en Veracruz, Tabasco, Guanajuato, Sinaloa, Yucatán y Distrito Federal, así como en Nueva York, Cádiz y Madrid, el LTCI se ha dedicado a trabajar en pequeñas comunidades de no más de 2 mil habitantes, por lo general en condiciones de marginación económica y educativa.
Durante más de 35 años la directora de este proyecto artístico, único en su género, ha trabajado con comunidades campesinas e indígenas de todo el país con el fin de rescatar y difundir el arte escénico.
El proyecto es parte del Programa de Apoyo a Grupos Artísticos Profesionales de Artes Escénicas, México en Escena, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).
Delia Rendón asegura que los laboratorios de teatro buscan a partir producción y sustentabilidad. “El planteamiento de este proyecto es dar a conocer a los autores mexicanos, leyendo y analizando sus obras, a través de los distintos laboratorios de teatro”. Este trabajo se complementa con la lectura y el análisis de autores universales clásicos.
Sostiene que “en México hay discriminación en el teatro y casi no se presentan obras de autores mexicanos. Lo cual es triste porque muchos de ellos hablan de lo nuestro, de nuestra identidad”. Y aunque “es importante conocer a otros autores, pensamos que también es importante conocer la obra de nuestros dramaturgos”. 
La directora, María Alicia Martínez Medrano, afirma entender las distintas problemáticas que enfrenta la juventud, “sin arte, sin danza, sin teatro, sin mecanismos educativos para desarrollarse”. 
Por eso vamos a establecer un Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena aquí en la ciudad de México, en el Ex convento de Culhuacán. Hay gente que ya sabe qué es LTCI, pero queremos más alumnos, como ya los tenemos en distintos estados de la república”.
Asegura que “la discriminación del gobierno ha sido históricamente contra indígenas y campesinos fundamentalmente, pero en general es para con la gente marginada. Casi todos las culturas han hecho teatro, pero los malos gobiernos fueron arrumbando sus manifestaciones culturales”. 
Por eso, dice “yo elegí trabajar con indígenas y campesinos. Muchos dramaturgos y directores estuvieron desde entonces a lado de nosotros fortaleciéndonos. No es de sorprenderse que un indígena o un campesino puede ser un gran actor. Hace cientos de años ellos hacían teatro, un teatro que hasta ahora no hemos rescatado”. 
El trabajo del LTCI ha sido avalado por la crítica nacional e internacional de escritores, periodistas, dramaturgos y actores.
Esta no es la primera incursión del LTCI en el Ex convento de Culhuacán, anteriormente en el año 2000 presentó La dama Boba, de Elena Garro y Moctezuma II, Sergio Mañana, con mucho éxito. 
Y como parte del aniversario luctuoso de Cristina Payán, el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, dirigido por María Alicia Martínez Medrano, presentó el 13 de Julio de 2007 la puesta en escena Conmemorantes, de Emilio Carballido. La puesta en escena conmovió a los asistentes. 
Asimismo, el LTCI impartió en 1999 y 2000 una serie de talleres de teatro dirigidos a niños, jóvenes, adultos y gente de la tercera edad. 

8.6.09


Este es el cartel de la temporada que tendrá el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena en el Ex Convento de Culhuacán. Los esperamos!

3.6.09

Tomás Espinosa habla sobre el LTCI

A propósito de una serie de puestas en escena por parte del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI) en Oxolotán, Tabasco, el dramaturgo mexicano Tomás Espinosa (1947-1992) publicó el 18 de junio de 1984 un artículo intitulado Teatro para verse, repleto de imágenes. El desaparecido autor de Las tribulaciones de un lagartijo y La televisión enterrada apuntaba: “Oxolotán, Tabasco, es el escenario: todo el pueblo: el río las calles, las ruinas del templo llenas de raíces y vegetación exuberante y finalmente el foro de la montaña —donde vimos tiempo ha Lilus Kikus y Bodas de sangre—. Todo el pueblo es un gran teatro donde se representa y se vive La pasión según San Mateo. Todos son actores y espectadores a la vez, autores y personajes, también”.

En la nueva creación de María Alicia Martínez Medrano el dramaturgo afirmaba ver lo siguiente: “La concepción del espectáculo es temática y no anecdótica. De allí que no caiga nunca en los lugares comunes del teatro religioso ni en los adornos cursis de la artesanía hagiográfica”.

Sostenía que “para la imaginación de María Alicia y para la vitalidad imaginativa del pueblo oxoloteca no hay paredes ni cortapisas ni obstáculos. Las tormentas les borraron tres veces los escenarios diseñados en el río y finalmente la naturaleza contemporizó y les dejó el que vimos, sentados en la raíces de un hermoso árbol. Y María Alicia dirige como si estuviera haciendo la gran ópera de la creación del mundo, el gran drama del universo: la obertura es un desfile de jóvenes en cayucos. Y todo así, en imágenes desaforadas de su belleza: como el baño del pueblo; las tentaciones de Satanás; la anulación y la concepción; el nacimiento con un niño oxoloteca de inefable hermosura; con lo ángeles oxolotecas que parecen pajaritos. María Alicia rescata la belleza del pueblo y se la devuelve en síntesis perfecta: ese rirmo del habla, ese ritmo del caminar; la belleza de los rostros y los cuerpos; la frescura; la fuerza; su capacidad lúdica y su cosmogonía”.

A decir de Espinosa, María Alicia empleó para el montaje de su obra un noventa por ciento de imágenes teatrales “porque en fin de cuentas el teatro es para ver y no para oír. ¿Qué más se puede decir de lo perfecto?”

De Lilus Kikus y Bodas de sangre el dramaturgo aseguraba que en los montajes dirigidos por  María Alicia Martínez Medrano “se plasma todo el cosmos infantil por medio de la gracia de los cuerpos, las voces y la luz de los ojos. De repente todas la imágenes provocan la comparación: esto sería Pasolini, esto sería Fellini (sobre todo en Bodas de sangre con las escenas de la fiesta), pero serían en esencia”.

Remata su artículo diciendo: “En la jerga teatral se diría que esto es una superproducción, y en puridad, Oxolotán es un teatro que rebasa las definiciones: es la solidaridad del arte y de la vida”.  

2.6.09

Emilio Carballido habla sobre el LTCI


En entrevista realizada por Lácides García Detjen al maestro Emilio Carballido (1925-2008) en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, en 1984, a propósito del montaje de Bodas de Sangre de Federico García Lorca (1898-1936), hecho por el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI) bajo la dirección de María Alicia Martínez Medrano, el dramaturgo, autor de Rosalba y los llaveros, dijo que el LTCI mostraba “una propuesta de trabajo sumamente rica. Es una sinfonía de una fuerza inmensa que producirá cambios y manifestaciones de una nueva conciencia teatral que no podemos prever en estos momentos, lo cierto es que con el LTCI se ve venir algo nuevo; algo de una gran limpieza y muy puro. La intención de este hecho teatral no es nueva, pues ya existe la experiencia de Guanajuato, con el trabajo de Entremeses. Pero la gran diferencia e importancia con relación al trabajo del LTCI —en este caso la obra Bodas de Sangre, que es la que he visto—, se debe a que tiene más fuerza, es muy logrado, muy bello. La obra encuentra lo esencial de la tragedia y lo eleva a una condición que resulta una ceremonia teatral indígena, con todos los rasgos e autenticidad. Pero todo esto es preciso por el encuentro de un talento de director (María Alicia Martínez Medrano) con talentos de actores latentes, quienes al mezclar lo más puro de la tradición y de las raíces campesinas e indígenas logran que de una tragedia costumbrista española resulte una obra recreada y propia de las costumbres tabasqueñas”.
No es una equivocación afirmar esto, pero lo cierto es que todo el que ve una puesta en escena del LTCI, aparte de los elogios que expresa por la impresión de la obra, siempre le causa admiración la solidez del grupo y la mística de trabajo. A propósito de esto el desaparecido dramaturgo dijo: “Me parece un grupo muy lindo, capaz y lleno de virtudes. La gente que lo conforma es muy bella, con una incalificable fuerza de proyección. Todos tienen una dignidad sobrenatural; el desplazamiento, la actuación de cada uno de ellos tiene un aire muy sobrecogedor. Es un grupo de altura, con muchos recursos creativos y de imaginación. Todos ellos denotan identidad consigo mismo y con el papel que realizan. De este grupo es digno esperar frutos prometedores para el teatro mexicano.

No soy profeta. En el LTCI sólo se ve que hay algo de mucho futuro y de un aporte de valor capital que se ve venir para el teatro. En todo el Festival de Xalapa, Veracruz, fue el gran acontecimiento. Observadores, desde Montreal hasta Buenos Aires, quedaron impresionados, para muchos, con quienes hablé, fue algo sensacional, inclusive calificaron el trabajo como una corriente de mucha naturalidad y de un aire fresco para el teatro latinoamericano. La presidenta de El Ateneo de Caracas, La ex directora del Instituto Colombiano de Cultura, Gloria Zea de Hernández y el crítico argentino, Estaban Luis Molina, quienes estuvieron en el Festival, coincidieron en que era un fenómeno de importancia continental.

A la pregunta de García Detjen, acerca de si escribiría algo para el LTCI, el maestro Carballido de inmediato contestó: “Lo he pensado, de esto he estado hablando con María Alicia (Martínez Medrano). Uno siempre escribe sobre lo que se gusta y ama. Escribir algo para el LTCI será mi segunda satisfacción en la vida teatral”.

Más tarde en la entrevista, alabaría el trabajo de Martínez Medrano: “La primera marca de un buen director es saber en dónde está y con quién trabaja. María Alicia sabe dónde está por eso su mensaje es de una gran cordura y de una gran belleza”.

Finalmente, Carballido consideró no creer en la existencia de una renovación en lo métodos de trabajo. “El arte no es una carretera recta hacia el infinito. Es una espiral que da vuelta renovada sobre sí misma. Todo trabajo innovador, revitalizador, es una renovación de una método que se agotó. Para mí el LTCI es una muestra del rescate del campesinado. Es un regreso al teatro como fiesta colectiva. Es un regreso a las fiestas que siempre son del pueblo”.